sábado, 6 de diciembre de 2008

Solución de continuidad

Estaba tan perdida
que iba por la calle aplaudiendo
como en los balnearios
pensando en dejar la ciudad
cuando ví que tenía en la pierna
una mariposa amarilla

Porque la belleza también tiene sus insectos
y es como un tren con las ventanas abiertas.
En febrero, mirábamos las vías,
tomábamos cerveza en el último vagón
y hubo esa estampida de panaderos.
Igual que el pasto afuera,
la gomaespuma brotaba en los asientos…


Y la mariposa se quedó en mi pierna:
la llevé diez cuadras, la saqué del centro.
Entonces fue reconciliarse
con un amigo huraño,
invitarlo a comer
lo que hubiera en la heladera
hablar del mundo
de un tren no detenido
sabiendo que las manos
todavía le transpiran.

No hay comentarios: